viernes, 9 de septiembre de 2011

Hermandad

"Estaba completamente enfurecido, siempre tenía que lidiar con ser la sombra de mi hermano, el todo lo hacía bien y yo no, él siempre podía tener la grande cosecha y yo no, tenía más amor de mis padres y yo no, él amaba a dios y yo no, por eso decidí matarle, no me importó el juicio de Yahvé, así puedo dar rienda suelta a lo que realmente soy, un ser humano".

Llanto

"Mis recuerdos empiezan desde las profundidades del basurero a las afueras de la abadía, desde que tengo uso de razón, me revolvía entre los residuos de comida junto con gusanos, ratas y aves carroñeras, no sabía quién era, tampoco había nadie que me dijera quien era, no pronunciaba palabra alguna, el cielo era inalcanzable, y se extendía la catedralicia sombra negra, el frío y el hambre me mataban lenta y dolorosamente, no entendía porque había durado tantos años, sin embargo no podía morir, pero cuando decidí salir a observar a las personas de arriba, me di cuenta que era yo, cuando las personas me miraron, me arrojaban piedras, y me gritaban insultos casi imperdonables, regresé a mi lugar huyendo despavorido, excave un agujero en donde con las dimensiones para entrar en él, y me quedaba ahí de día, en la noche escarbaba la inmundicia.

Mucho tiempo pasó, la sombra seguía erguida, y mi agujero cada vez más y más profundo, huyendo cada vez más de esta sombra, sin que nadie se diera cuenta en las profundidades, pero un día, algo cayó rodando, realmente sentí pánico al ver de que lo que me había caído encima era un cadáver putrefacto de un anciano, me quedé helado y no pude moverme en dos días, después cayeron más cadáveres uno tras otro, sin darme cuenta los humanos que vivían en esta zona, convirtieron mi lúgubre hogar, en la más fehaciente tumba, yo cada vez más enterrado, soportando el peso de estos despojos, que me iban aplastando día tras día, pero un día apareció ante mí un ángel, y este me mostró el mundo, de repente lo descubrí todo sobre mi, y las circunstancias que me rodeaban.

Todas las cosas se convirtieron en palabras y así tuvieron forma y significado, comprendí que eran sentimientos llamados ira, miedo y tristeza los que surgían dentro de mi corazón, supe ahí, que el mundo estaba lleno de desesperación, y grité, no sé si fue de agonía, mi primer llanto surgió con una voz sorda, pero el ángel me respondió, me dijo que podría cumplir mi deseo a cambio de mi alma, accedí, mi deseo era. . . destruir lo que causaba tal sombra en todo el mundo, solo asi de esa forma, podría incubar el mundo perfecto".