lunes, 20 de septiembre de 2010

Tributo a Armando de Ossorio


"Recuerdan el rito del vudú, el viejo fausto y todos los que pactan con el espíritu del mal… lo hacen con sangre…. Pues los guerreros llevaban a cambio sacrificios victimarios, consumando la ofrenda con la sangre de una doncella…. Y ahora despiertan de su vida de ultratumba y sin ojos para ver localizan a sus víctimas por el sonido y prosiguen ofreciendo sacrificios humanos al dios del mal"

El Túnel

Era un túnel muy largo, el olor era nauseabundo, y había poca luz propiciada por unos cuantos focos.Era una total locura: cuerpos mutilados por doquier, sonidos de maquinarias extrañas, y gritos de dolor ensordecían mis oídos. Seguí caminado hacia adelante, tenía que pasar sobre vísceras y extremidades de personas. Sentí que mis zapatos y mis calcetines estaban empapados de fluidos repugnantes, hasta que vislumbré un pila de cadáveres: era algo descomunal. No sé cuántos metros tenia aquella montaña de caídos, sólo sabía que mi salida estaba pasando aquella prominencia. Escale por horas, y al llegar justo en la sima contemplé lo que había del otro lado, y vi lo inimaginable, algo sacado de la peor pesadilla, una compleja maquina con múltiples tentáculos robóticos, totalmente oxidada, desmembraba y descuartizaba a un sin número de personas que bajaban por aquel gran tobogán. Me desesperé porque aquella dirección no era mi escape, no recordaba cómo había llegado a ese terrible lugar. Un agonizante despedazado me dijo con voz moribunda lo siguiente:

-Estas de pie en el abismo…... eres digno del mal.